jueves, 5 de junio de 2008

Me Encuentro a Mí

Un texto que escribí con 15 años de edad, era un niño. Ojalá continuara escribiendo así.




Me encuentro a mí: sólo contra la adversidad.

Me veo a mí: Con miedo. Sólo. Único y en serie.

¿Hasta que punto puede evitarse el hombre la realidad: que somos no más que monstruos aberrantes?

Creadores de desechos; todo lo que roza nuestra “genialidad” termina: Perjudicando, dañando, contaminando, enajenando.

Egoísmo. Los siglos de los siglos dibujaron la realidad de un color vivo y puro. Cada entidad material o energética cumplía con un ciclo. Cada animal emana de su existencia una belleza única y es privilegiado con la posibilidad de ver la belleza que lo rodea.

Un mundo armónico y que daba a cada ser la dulzura absoluta de la vida: Valor. No existe en esto la filosofía de “no valor de la vida” que lleva al existencialismo y al suicidio. Un pensamiento que resulta aparentemente utópico.

Pero ¿el rol humano?

¡Maldigo el rol humano y maldigo al destino por concebirme hombre! Siento rechazo por la forma de vida que por la que optan, NO SOY HOMBRE: No quiero y no lo acepto.

¿Dónde se ve la vida en un hombre maduro? Es inevitable.

Es inevitable. Es inevitable encontrar sosiego en la inocencia e incondicionalidad de un niño.

-¿Por qué?- Pensarán…

Piensan… Piensan y Piensan.

-¡Eureka!- Concluí – El pensamiento.

Pensamiento. Motor del ego de la humanidad; quienes orgullosos llaman bestias a aquellos seres para los hombres incomprensibles, temerosos, pero cuyo pensamiento debe ser mucho muy superior al nuestro y supera los márgenes de nuestra ostentosa y ostentada “comprensión racional.”

-¡Qué orgullo!- … - ¡Mirad!-

El noble caballero escucha.

-¡Ved! ¡Ved la incivilizada bestia!- Pensamiento popular y humano - ¡Vencida por el ilustre y fuerte caballero!

El silencio se oye eclipsado por el goteo de la bestial sangre que privilegiada, gotea sobre los hombros del Ilustre. Aquel, nacido por una fría mirada del corpulento matador de demonios, muere a la son de su palabra:

-Yo soy superior- Suspira agitado –Mi mente superior me dicta como Dios (horrible la fe ciega a la deidad, símbolo del miedo al destino, a afrontar la realidad: Estamos solos, nadie mejor nos ama, somos no más que monstruos aberrantes) a sus profetas:

“MATAD. DESTRUID. INVADID. EXTERMINAD.

ASÍ, SÓLO ASÍ, ENCONTRARÁS LO QUE BUSCÁS…

UNA MENTE EFICÁZ Y LAS CONCECUENCIAS QUE ÉSTA PROVÉE NOS HACEN MEJORES.

LAS BESTIAS NO HACEN NI AVANZAN (cabe decir que la humanidad tampoco avanza, partamos de la base: ¿A qué nos referimos con avanzar?)

¡SÓLO ESTÁN Y ESTÁN!… Y SE VEN SATISFECHOS.”

Silenciosamente cierra los ojos y piensa “más que yo, que los he matado, y estoy celoso.”





15/7/07 (fueron tiempos bellos, parecen lejanos, pero solo pasaron meses)

miércoles, 4 de junio de 2008

Sobre el colectivo

Sobre el 57 diferencial, mano capital. Martes 3 de Mayo, 2008.

Para matar el tiempo, lento escribo.
Como marea alta en un bote estoy,
arriba, abajo y adelante voy
en mi ruidoso barco, el colectivo.

Un buen hombre es el capitán del barco,
sostiene muy cansado su timón,
tarareando, de Charly, una canción,
nadando, muy, en su mente charco.

y hacia adelante veo inmenso,
el asfalto turbio y el cal vivo,
las chapas ardientes, el aire tenso.

Para matar el tiempo, lento escribo,
lento, como la quema del incienso,
en mi ruidoso barco, el colectivo.